La verdad que estaba bien la Federación aquella época, por lo menos para reunirse. En el centro del Casco, bien comunicado, a un paso del río y de la margen izquierda (Picarral, la Jota, Arrabal,) o de las Fuentes y San José, y con autobuses directos o casi a Torrero, La Paz, Delicias, Oliver, Valdefierro…
A la sombra de la torre de la Madalena, el local de la Federación fue durante mucho tiempo el centro de reunión de los colectivos que se hacían y se deshacían, se coordinaban y montaban sus campañas y movidas. Eran unos buenos locales. Calentitos -a veces-, con buena luz y con la más amable y solidaria de las secretarias, la Nines. Con salas de diferentes tamaños según las necesidades, una fotocopiadora, un teléfono, y buenos bares alrededor para continuar las tertulias y la reunión si hacía falta. Incluso tenían la revista La calle de todos, en la que te podían sacar si te ponías pesao.
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