ENTALTO
El Entalto ha significado aprendizaje sobre lo humano, me ha enfadado, me ha dado momentos sublimes,… Creo que es un ente al que le ha aportado algo todo el que ha pasado por él, con más o menos implicación.
Lugar abierto donde se han experimentado situaciones sociales, culturales, sexuales, políticas, restrictivas, comunicación, incomunicación, solidarias e insolidarias.
Nació como una posibilidad de dar infraestructura y poner un local más en el barrio de la Magdalena (crisol de tendencias en 1989) para que las turbulencias sociopolíticas de aquel momento tuvieran un foro y espacio donde poder convivir.
MOC, CUT, MCA, POSI, CGT, CNT, Asamblea por la Insumisión, ecologistas, lesbianas, homosexuales, heteros no homófobos, Rebel, centrales sindicales, asociaciones de vecinos, el culto al alcohol, consumo de drogas.
Y muchas más sensibilidades.
Ha sido un vaciado personal completo por parte de Ana y mío, mi familia y amigos y también por tantas personas que lo han considerado suyo y han echado una mano.
Me ha gustado participar y me ha encantado volcarme en ese proyecto porque a la vez me ha llenado de experiencias y de conocimiento.
Creo que ha tenido un peso específico en la marcha cultural, conjuntamente con el Gallizo, el 44, La Estaca de Luisiño, La Pluma, el Windsor, el Thor, el del Titi (Quasar), seguro que se me olvida alguno.
También ha ayudado al entendimiento entre los vecinos que vivían y viven, de que los que pasaban el ocio en el barrio sólo querían eso, sentirse partícipes del barrio.
Y sobre todo, ha dejado que cada uno tuviera la opinión de lo que el Entalto era y es, sin ningún ánimo de militancia en torno a él.
Eso creo, que el Entalto ha sido un ejercicio de salud.
Ramón Alconchel