A finales de 1992 convergen varios factores que contribuyen a la creación de diversas iniciativas de empleo autogestionado. La creciente desaceleración en la creación de puestos de trabajo, inmediatamente después de las olimpiadas de Barcelona 92, hace que la crisis del empleo vuelva a ser la más visible en los medios de comunicación.
Pero no sólo vivíamos entonces, ni vivimos ahora, frente al único desafío del desempleo. Habría que añadir también una crisis económica, donde las economías locales son deterioradas en beneficio de los grandes grupos financieros supranacionales, priorizando el capital en detrimento del trabajo; una crisis social, con un reparto cada vez menos equitativo de la riqueza, lo que produce situaciones de exclusión, aislamiento, violencia; una crisis humana, con falta de perspectivas de futuro, espejismo del consumismo, individualismo, pérdida de ideales..; una crisis política, donde la implantación de la democracia representativa es inversamente proporcional a la noción de ciudadanía; y qué decir de la crisis ambiental, con una degradación acelerada del medioambiente, acumulación de residuos, desertización, reducción de la biodiversidad, efecto invernadero… Leer mas…