UNIÓN SOLIDARIA INTERNACIONAL
Conocí la USI (Unión Solidaria Internacional) en el curso escolar 1978-1979. Ya estaba fundado y consolidado; las reuniones, acopio de material y demás actividades se realizaban en la calle Porvenir, en la sede de la Asociación Porvenir, donde también se reunía el Frente Feminista.
Estaba integrada por personas de diferentes grupos, MCA, LCR, partido socialista, PSA y movimientos cristianos; concretamente yo fui representando a las Comunidades Cristianas Populares, y todo lo que allí se decía o acordaba se comunicaba a través de la coordinadora al resto de comunidades.
Además participaban personas de otros países: chilenos, argentinos, peruanos y algún nicaragüense.
Aquellos años supusieron una experiencia hermosa. Mi conocimiento de la realidad de algunos lugares de América Latina y África era más bien escaso, aportado por la documentación que llegaba. Los visitantes y representantes de diferentes países nos transmitían su situación, las luchas contra los gobiernos para hacer desaparecer las torturas, la opresión, la pobreza, las diferencias sociales, etc.
En aquellos momentos se trabajó mucho por la realidad de El Salvador, apoyando al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, y también por Guatemala y los derechos de los indígenas.
Se realizó el primer festival apoyado por todos los grupos sociales y políticos existentes en Zaragoza; en el Teatro Principal, en marzo de 1981.
A mí lo que más me gustó siempre de USI fue su alto poder de convocatoria y de congregación.
Pienso que luego esto se ha ido perdiendo al nacer muchos más comités de solidaridad, casi uno por cada país en lucha. Actualmente las personas apoyan a uno y a otro, pero yo me pregunto si esto no supone un mayor desgaste, mayor número de reuniones, convocatorias, etc.
Hay personas de USI de aquella época que no olvidaré jamás, como Rosario Baeza, Enrique Cogollos, Víctor de LCR, J.A. Labordeta y otros más, por su riqueza personal y calidad humana.
Para mí, que estaba despertando a lo social y lo político, esta etapa supuso un gran impulso teórico y de análisis de las realidades, y sobre todo un enriquecimiento personal.
Ana Carmen Olite